Munay-Ki se traduce como la energía del amor que todo lo impregna. Si la cultivamos y fortalecemos conscientemente, creamos la realidad de nuestros sueños con amor y claridad, lo que inevitablemente se traslada a todos los niveles de nuestra vida. Las iniciaciones Munay-Ki se basan en las prácticas iniciáticas de los curanderos andinos y amazónicos (laicos) y tienen que ver con asumir la responsabilidad de todo lo que creamos. Son una invitación a soñar un mundo nuevo, sano y no violento, en el que cada uno de nosotros desempeña un papel importante.
Durante la ceremonia, se transfiere la energía y se recibe todo el potencial de la sabiduría de cada linaje que alberga las enseñanzas. A continuación, integramos la habilidad en nuestra vida cotidiana utilizando diversas prácticas y herramientas hasta que se convierte en una parte natural de nuestras vidas. Obtenemos entonces un nuevo mapa a través del cual podemos vivir nuestras vidas de forma más consciente, saludable y con el conocimiento de que no estamos solos.
Las transmisiones activan y refuerzan nuestro campo energético e informan a nuestro ADN a nivel celular, lo que nos permite desarrollar un nuevo cuerpo que vive, envejece y muere más sano. También podemos reescribir más fácilmente creencias heredadas o adquiridas que ya no nos convienen.
En la práctica, parece que la sabiduría, las herramientas y las energías que hemos recibido, alimentado e integrado en nuestras vidas acabarán convirtiéndose en nosotros, o nosotros en ellos. Hay una especie de transformación desde un estado de "tener", pasando por un estado de "hacer", hasta un estado de "ser". Así que, por poner un ejemplo muy concreto: No estoy utilizando las habilidades del curandero Hampe, que he adoptado, sino que me estoy convirtiendo, yo mismo, en este curandero que sabe exactamente qué hacer y cómo hacer o no hacer.
